jueves, 30 de octubre de 2025

La Jose y su presencia

Josefina Zufiaurre (1929-2021) "La Jose" y su marido Carmelo tuvieron un bar en Lanciego durante toda su vida. En esta imagen de 1969 (aprox.) aparece la Jose en un día de vendimias con su familia (sobrinos y marido). Su presencia se hace notar en la foto: su postura, su posición central, su empoderamiento. La Jose y Carmelo no tuvieron criaturas pero tuvieron una gran familia de elección. Y Carmelo enseñó música a muchas generaciones de Lanciego.

En el exterior del bar, en la cocina
Era una mujer muy viva. En navidades regalaba champán a toda la gente que iba al bar. El día de San José, su santo, hacía buñuelos para todo el mundo. Su bar fue el primero que compró una televisión y los hombres iban a ver los toros y se sentaban hasta en el mostrador. Las mujeres estaban en casa y las mocetas iban al bar. Recuerdan que una vez las mujeres fueron al bar a ver Juan Tenorio y Don Esteban, el cura, les castigó a estar de rodillas en misa. 

Miraba a todo el mundo a los ojos. Era muy atrevida y muy coqueta. Tenía mucho carácter. Tenía mucha alegría. Y siempre, con una sonrisa.  

Era una mujer muy curiosa y siempre con ganas para aprender. Leía, buscaba información, aprendía.
La primera que empezó a dar bodas de 200 personas. No lo ha hecho nadie… vamos a hacerlo!!! 

La Jose bajaba una vez al mes a Logroño a comprar discos. Preguntaba por las canciones de moda y se llevaba todos los discos. Pusieron una máquina de música en el bar. Echabas 5pts y ponía dos canciones. Su bar fue "la primera discoteca de Lanciego". 
Discos de aquel entonces (vía Eva)

Tenían un reservado en el bar y ponían música. Cuando llovía o hacía frío la juventud se metía al reservado y ponían los singles de la máquina y allí pasaban las tardes comiendo pipas (no había tantas chuches como ahora).

La edad no fue impedimento para ella. Aprendió a nadar con 80 años. No le enseñó nadie. En pandemia con 90 años, grabó el baile de La Pidona, con los pies, con unos calcetines que se hizo ella.

Sus sobrinas Elena, Mari Tere, Puri, Eva y las demás participantes la recuerdan como una mujer que celebraba cada dia la vida, gran cocinera, siempre con ganas de aprender, entusiasta e inconformista, así la recordamos, que hasta nos juntó para celebrar su despedida en el dia de su cumpleaños. 

Primer grupo de dantzas en Lantziego

En el mostrador del bar


Una de las celebraciones que hacían las mujeres en el Iradier: 
Cena de los huevos y el champán



Del Iradier hoy queda la fachada, muchísimos recuerdos en la vecidad y una frase en la canción de Lanciego de Mari Cruz Pérez de Onraita
del Iradier las rabas
y el jamón.

Mención de la boda de La Jose con Carmelo en la prensa.


miércoles, 29 de octubre de 2025

De las Escuelas a la Ikastola y sus protatonistas

En la segunda mitad del siglo XIX se incorporaron muchas mujeres al magisterio público en el caso español. Fue un fenómeno con una gran repercusión en la propia génesis del sistema educativo y, muy especialmente, en la evolución y transformación de los códigos y las relaciones de género, pero hasta fechas muy recientes ha sido poco estudiado por nuestra historiografia (San Román, 1998Cortada, 2002:223). Gracias a la labor de búsqueda de la archivera de la Cuadrilla de Rioja Alavesa, Elisabeth Bergara Larrañaga, hemos obtenido algunos datos de maestras:

  • En un testamento de 1828 D. Cayetano Rodriguez de Arellano establecía que se dotara a la maestra de dicha villa de Lanciego con una peseta diaria para que enseñare a las niñas pobres de esta localidad.
  • En 1858 se nombra a Dª Eufemia Galarreta maestra titular de niñas
  • Documento del 10 de junio de 1920 en el que consta como maestra Elvira Astiz.
  • 8 de marzo de 1926 nombramiento de Concepción Duque Quemada como Maestra nacional de la Escuela mixta de 1ª enseñanza de Viñaspre
  • 9 de enero de 1926 nombramiento de Dª Filomena Asunción de Ayala Fernández como Maestra interina de la Escuela nacional mixta del pueblo de Viñaspre
  • 20 de octubre de 1933 acta de la toma de posesión de la maestra nacional interina sustituta de niñas de Lanciego de Doña Gregoria López de Heredia.

Los diccionarios de la Real Academia Española mantuvieron la definición de maestra como “La mujer que enseña a hacer labor a las niñas”, además de la acepción “La mujer del maestro en cualquier arte”, desde el publicado en el año 1734, y reiterándola en las ediciones de 1780, de 1783 y de 1791. A comienzos el siglo XIX, en 1803, se introduce una pequeña variante; maestra es “La mujer que enseña”, para añadir a continuación “Tómase particularmente por la mujer que enseña a hacer labor a la niñas, u otros oficios”; es decir, podía enseñar labor, y también otros oficios, y era la mujer, no “del maestro en cualquier arte”, sino “de cualquier maestro”. Así se mantiene en las ediciones des 1817, 1822, 1832, 1837, 1843 y 1852 (Flecha, 2010:279-280).

El principal cambio se produce en el diccionario de 1869, cuando se define a la maestra como “La mujer que enseña algún arte, oficio o labor”, y se especifica en la explicación que se da “en escuela o colegio”: “Tómase particularmente por la mujer que enseña a las niñas en alguna escuela o colegio”. En la edición siguiente, la de 1884, se acorta la explicación dejándola en “Mujer que enseña a las niñas en una escuela o colegio”, y puede ser también “La mujer del maestro”. Hasta un siglo más tarde, en la edición de 1992, no cambia la primera acepción, que ahora queda como “Mujer que enseña una ciencia, un arte o un oficio, o tiene titulo para hacerlo”; pero se siguen repitiendo las otras dos, aunque en el caso de la segunda, “Mujer que enseña a las niñas”, las maestras siempre enseñaron a niños en edades tempranas y en las escuelas mixtas de muchos pueblos, y durante la II República y desde 1970 a niños de todas las edades (Flecha, 2010:279-280).

Aproximadamente de 1935, antes de la guerra civil

La señorita Feli con su alumnado, aproximadamente 1947-1948 (Vídeo

Ortofoto de 1968, vía GeoAraba

Cerca de la escuela (recuadro rojo) había un olmo precioso, grandísimo (círculo verde). Algunas, más que estudiar, miraban por la ventana de la escuela al olmo. Hoy queda su recuerdo en la calle del Olmo.

Al fondo a la derecha de la imagen anterior aparece el olmo, donde se reunían a debatir los temas importantes del pueblo y quizás también, los cotilleos ;-)

En la imagen anterior se ve una exposición sobre objetos del campo en las Escuelas. La mujer de la derecha es Elisa.

Alumnado con la maestra Gloria Capellán

Algunas de las maestras de las Escuelas (ubicadas donde hoy en día está la Ikastola).

  • Gloria Capellán (años 30) maestra nacional de Lanciego que se libró de ser depurada tras la guerra civil española. Los cuatro informes que se emitieron sobre ella la valoraron "bien". La recuerdan como muy buena maestra.
  • La señorita Feli Urarte Eguilaz (años 40). Solían pensar "Una señora tan bien, y lleva unos zapatos “trochos”. Ahora nos damos cuenta por qué llevaba esos zapatos: ¡eran mucho más cómodos!
  • La Ino (años 60). Decía: “¡Qué voy a hacer contigo!” Y les daba "sopapos". 
  • Valbanera: Daba Historia. Hacían unos cuadernos de manualidades representando cuadros de obras de arte. Hacían bordados y vainicas.
En el año 1964 se hizo la concentración escolar. Lanciego se quedó sin escuela y tenían que bajar en autobús a Oyón. Algunas familias llevaron a sus criaturas a internados. Otras madres no querían llevar a sus criaturas a Oyón y realizaron varias concentraciones... En el edificio de la Cooperativa Agrícola, algunas mujeres se encargaron de limpiarlo y acondicionarlo. Se contrató a una persona para que diera clases a las criaturas. Pero duró un día...  

Doña Ino vivía en Kripán y bajaba en autobús con el alumnado a la escuela a Oyón. Los chicos iban delante en el autobús y las chicas detrás. 
Si alguno se portaba mal en el autobús, la Ino le hacía bajarse del autobús y que fuera andando. 

Las madres querían “señorita" (escuela), no "andereño" (ikastola). Pero la incipiente ikastola funcionaba tan bien que consiguió tener el ciclo completo hasta 8º de EGB y así el alumnado no tenía que desplazarse a otro pueblo. Las madres se movilizaron y fueron a distintos pueblos a animar a más familias para que hubiera más criaturas para hacer grupo y tener una “andereño en condiciones”. Con la llegada de la democracia, en el curso 1979-1980 comenzó a funcionar la Ikastola, en una mesa camilla con 5-6 criaturas, en la Casona que, entre otras cosas, fue casa de maestros y del secretario del Ayuntamiento, cine, consultorio médico, hotel...
  • Lourdes Arrieta Azpiazu (8/02/1958-15/04/2005) se hizo cargo de 17 niñas y niños entre 3 y 5 años. Aunque no tenía ninguna titulación, sabía euskara y le gustaban las criaturas. Falleció a los 47 años en un accidente de tráfico.
Lourdes y su alumnado

  • Nekane Etxenausia Irure (1957-20/12/2021): En los años 80 fue a Lanciego a trabajar a la Ikastola. Su hija Maitane Arnaiz Etxenausia nos habla de ella y del homenaje que le hicieron en la ikastola, donde estuvo trabajando hasta su jubilación a los 61 años.
Nekane y su alumnado

Otra andereño de las primeras que recuerdan, era Maritxu, que tenía un mono (animalillo) que iba por las clases. La Ikastola tuvo que decidir si era pública o privada y se decidió que fuera pública. 

La primera cocinera de la ikastola fue Mari Paz, que hacía la comida en el bar del Chato. Ana Rosa recogía la comida y la llevaba al comedor para unas 15-20 criaturas. Llevaba la comida en un par de cestas y hacía dos viajes para llevarla. Otra cocinera, fue Mari (era sorda). La comida la daba en la planta baja de su casa. Luego ya llegó un catering y Puri se encargó hasta su jubilación de dar las comidas. Hoy en día están en el comedor Gema, Arantxa y Bego.

martes, 28 de octubre de 2025

La(s) pionera(s) de la Banda de Lanciego

Carmelo, el marido de La Jose (que tenían un bar), enseñó solfeo a muchas chavalas y chavales. Y las personas mayores que aprendían música, enseñaban a la gente más joven.

Las primeras chicas clarinetistas de la banda de Lanciego, fueron Itziar Ocariz y Susana Zabala


Unos años más tarde, llegaron más mujeres a la Banda.

La Monja “ye-yé” de Lanciego

Mari Cruz en las
Mercedarias de la Caridad

(Logroño)
Mari Cruz Pérez de Onraita nació en 1926 en Ordoñana. Su madre era de Elciego. Y su padre de Leza. Desde pequeña la música formó parte de su vida. Su padre estaba en la banda de música de Leza.

Mari Cruz era muy moderna. Muy lanzada. Nuestra tía era una mujer muy divertida, le gustaba mucho bailar y cantar y con el tiempo se echó novio, pero un buen día le dijo a su padre que se quería ir  monja. Dejó al novio y al convento se fue. La gente se sorprendió mucho cuando decidió ser monja. 

Tomó los hábitos en Zumarraga y de ahí la destinaron a Mondragon, que ejercía de profesora y más adelante sacó la carrera de piano, entonces decidió formar una tuna en el colegio.

En el Caribe

Luego la destinaron a Puerto Rico que también formó otra tuna con el alumnado del colegio. Allí estuvo unos siete años. Escribia muchas canciones religiosas con su música. Lanciego tenía que tener canción así que se lanzó y, sobre una melodía compuesta por Javier Sarasua, le puso letra hablando de su queridisimo pueblo de Lanciego.

Tuna de Mondragón

De Puerto Rico la destinaron a Moyobamba (Perú) en plena selva entre muchos peligros, llevando a la población el Evangelio y toda su sabiduría musical. Le sobrevino un terremoto que destruyó parte del lugar de dónde se alojaban. En Iberoamérica estuvo entre 10 o 12 años.

Mari Cruz y Elisa Compañón (sobrinas)

La canción sigue cantándose en Lanciego por las personas de todas las edades. Aquí podéis escuchar una versión actual interpretada por las participantes del taller Con nombre(s) de mujer(es).

lunes, 27 de octubre de 2025

La(s) viuda(s) de Lanciego

Siempre ha habido mujeres que se han sacado adelante a la familia con sorprendente energía. Raquel Zabala Compañón nos habla de algunas de ellas, por ejemplo, María Cristina García Delgado, la viuda del médico de Lanciego Ángel Julio de Lera Buesa. Al morir su marido a causa de una epidemia de gripe en 1927, tras una dedicación absoluta a sus pacientes, tuvo que refugiarse con sus hijos junto a su familia en Madrid trabajando como modista al no tener medios de subsistencia.

También son inolvidables la energía de la Pilar Viana y la dedicación heroica de Asun la Coneja para sacar adelante con una alegría sorprendente a su familia como jornalera en las viñas de la marquesa. La Fidela llegó a Lanciego con la intención de subsistir en los tiempos difíciles de la posguerra. Viuda, con muy escasos medios económicos y con un hijo con discapacidad psíquica y física, consiguió llevar una vida digna para ella y para su hijo con gran esfuerzo acogiendo en su pequeña casa huéspedes y veraneantes. Nunca perdió el humor. En todo el barrio diariamente se oían sus canciones, sus coplas, fragmentos de zarzuela...

En el taller hemos recordado también a Meli que tuvo ocho criaturas y tienda. Su marido tenía una compañía de autobuses. Y a Pili Jalón que se quedó viuda con cuatro criaturas pequeñas. Sacó su familia adelante. Falleció hace unos días. Comentó a Mari Cruz qué canciones quería que les cantasen en su funeral. Una mujer con mucha fe y gran capacidad para aceptar lo que le tocó vivir. Ella decía que sembraba su fe y esperanza… y siempre algo germina y da fruto.

Y muchas, muchas más mujeres... Si quieres mencionar a alguna más, puedes escribir un comentario a continuación 👇

domingo, 26 de octubre de 2025

La tienda de "La Elisa"

Las hijas e hijo de Elisa en la tienda

Recuerdos de las vecinas...

La ventana de la tienda se veía desde la calle Mayor. En ella se vendía de todo, hasta “dientes de gallina” (expresión para indicar que de todo lo que te pudieras imaginar). Recuerdos de los caramelos que había en su tienda.

También vendía mantillas. Mari Cruz recuerda un comentario de Amparo: “Ay tu madre! Ay cuánta guerra le dábamos! Le pedíamos que nos sacara mantillas, pero no queríamos comprarlas"...

Tenía buen temperamento. En la tienda siempre estaba con una sonrisa. No tenía una mala palabra para nadie.



Mi madre, Elisa Pérez de Onraita, nació en  Leza y al ser mi abuelo secretario fue destinado al ayuntamiento de Lanciego. Aqui se casó con un vecino del pueblo tuvieron 4 hijos y siendo yo muy pequeña mi madre cogió la tienda, cuando tenía unos cuarenta años. Cuidaba de nosotros cuatro y atendía la tienda, puesto que mi padre se dedicaba al campo.

En la tienda se vendía de todo desde alfileres y agujas hasta anís y coñac. Mi madre era muy alegre y le gustaban mucho las manualidades. Nos hizo muñecas de trapo a las tres hijas, nos hacía vestidos, nos enseñó a hacer mantelerías de punto de cruz.

Tuvo la tienda unos 25 años. Cuando se jubiló empezó a dedicarse a la pintura al óleo, hizo taracea, esmaltes en caliente y en frío. Hizo dos exposiciones de pintura en el ayuntamiento de Lanciego. Y en Logroño otras dos exposiciones. Aprendió a bailar sevillanas y a nadar. Hacía teatro con una compañía de Logroño. Estaba en la asociación de belenistas. Una mujer incansable y luchadora.

Mari Cruz Compañón

sábado, 25 de octubre de 2025

Lavandera(s) de Lanciego

El lavadero de Lanciego antes estaba cubierto. Allí bajaban con baldes llenos de ropa a lavar con jabón que hacían en casa. En la era se extendían las sábanas para blanquearse. Todas hacían jabón en casa. Y la que mejor lo hacía era Juana, a quien iban a pedir consejo cuando no les salía bien.

Fuente: GeoAraba, ortofoto de 1968

También iban a lavar al reajo que estaba donde estaba la escuela, hoy la ikastola. Había patos. Recuerdan romper el hielo con una piedra para poder acceder al agua, en el mes de octubre. Utilizaban arena para fregar los cacharros.


El lavadero de Lanciego, al igual que los de muchos otros pueblos de Rioja Alavesa, sirvió durante décadas como punto de encuentro para las mujeres de estas localidades, donde tenían su espacio y socializaban. Dentro del Festival Internacional Poetas en Mayo en el año 2024 se rindió un homenaje a estas mujeres. 

Las integrantes del club de lectura feminista de Rioja Alavesa recrearon durante cerca de hora y media aquellos momentos de trabajo, confidencias y, seguramente, amistad. Primero lavaban la ropa y luego la tendían al sol, limpia. Al final, hubo un momento para recitar diferentes poemas y los que allí se congregaron, disfrutaron de una tarde espectacular.


La(s) emprendedora(s) de Lanciego

En la segunda mitad del siglo XX fue muy importante el papel que desempeñaron las mujeres que tenían algún establecimiento comercial, en la vida de los pueblos y, en concreto, en Lanciego. En las calles había "vida". Hubo tiendas de "ultramarinos", carnicerías, pescaderías, "cafés", peluquerías,..

Al frente de estos establecimientos y delante de los mostradores solían estar mujeres, aunque los hombres "ayudaban", principalmente en cuanto a llevar o preparar lo que se vendía.

Estás mujeres no solo se dedicaban a sus pequeños "negocios", sino que también, al mismo tiempo,  preparaban la comida de la familia, cuidaban de sus criaturas, limpiaban y adecentaban el hogar familiar e, incluso, participaban en las labores agrícolas de la familia en determinadas épocas del año.

No solía haber un horario comercial delimitado. A las tiendas se podía acudir cualquier día del año y a cualquier hora, desde muy temprano por la mañana hasta la media noche en verano. Bastaba con llamar en la puerta y la clientela era atendida.

Se les atendía con amabilidad y generalmente con muchísima paciencia. Las tiendas o "comercios" eran al mismo tiempo lugares de reunión donde la gente se enteraba de lo que ocurría en el pueblo y se informaba de los temas más diversos. Era el principal medio de comunicación, de contacto e, incluso, de consejo.A veces servían de "confesionario"

Eran tiempos en que había muy poco dinero en las familias. En un cuaderno se apuntaba lo que bastantes familias iban comprando a lo largo de los meses. La liquidación solía hacerse después de vendimias o después de trillar. Algunas de aquellas deudas nunca se cobraron.

No era extraño que en la compra, todo era a granel, se pidiese un cuarterón (115 g) de azúcar, de arroz, o media libra de carne. Así estaban los tiempos

Algunos de los comercios regentados por mujeres en la segunda mitad del siglo XX, ya que algunos duraron pocos años:

  • vendedoras de leche: Pura, Conchi y Pepi.
  • tiendas: la María de Eleuterio, la Flora, la Elisa, la Ameli, la Joaquina, la Ángeles, la Bego...
  • carnicerías: Leoncia, Pepita de Balbino, Eli Estecha (cuando eran pequeñas), , la Marcela, la Dominica la de Gabino, la Blanqui, la Martina, la Charito...
  • pescaderías: Josefina, Antonio Alegre, Celestino Gil "El Rubio", familia de Motriko que estuvo poco 
  • cafés/bares: los Aguirres, la Jose, Conchi Rodríguez (la del Bar de Colacao), el Chato, Conchi Crespo, El Jubilao, Batxoki, El Olurro (iniciales de sus hijos: Olaya, Urko, Rocío), Las Piscinas
  • estancos: Alicia, Amelia.
  • peluqueras: Margarita, Bego y más tarde, su hermana Raquel, Loli (la de Simeón), Pepi, Elena, Blanca, Conchi y Marisol, Amparo, Esther, Ana Rosa
  • modistas: Conchi Rodríguez, Gloria, Fide Agirre, Isabel, Rosi, Joaquina, Sara, Vitori Agirre
  • la posada: la llevaba La Isaac Blanco. 
  • horno de pan: el pan se amasaba en casa. Águeda daba la vez y las mujeres llevaban el tablero al horno. Ella se encargaba de cocerlo. El horno era del pueblo, donde está ahora la comunidad de regantes.

Todas estás mujeres en un pueblo que no llegaba con mucho a los mil habitantes. Todas ellas fueron en su tiempo emprendedoras y podrían contar un sinfín de experiencias, de esfuerzos, y de secretos de la vida del pueblo.

Participantes del taller y Javier Montoya


Mapa con la ubicación de algunos de estos establecimientos y otros lugares de las mujeres:

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Si quieres compartir alguna fotografía de estas mujeres, envíanoslas a lanciegosaberes (arroba)gmail.com

También puedes escribir en los comentarios si echas de menos información o quieres compartir tus recuerdos...

miércoles, 22 de octubre de 2025

La tienda de "La Flora"


En realidad mi madre no hizo nada especial, distinto a lo de las demás mujeres del pueblo: hacer la comida diaria, atender a los cuatro hijos, limpiar la casa, ayudar en las viñas en ocasiones (cantando) y... atender la tienda las 24 horas de todos los días del año. Había desde calzoncillos, calcetines...hasta amoniaco o sosa caústica, sin olvidar el revitalizante optalidón, más tarde considerado como droga.

En la ventana de la tienda
Yo la recuerdo atendiendo a las clientas con amabilidad y con muchísima paciencia. Creo que algunas y algunos venían todos los días por charlar y por preguntar sobre cualquier cosa. A veces parecía un confesionario.

Eran tiempos en que había muy poco dinero en las casas. En un cuaderno unas cuantas familias tenían una hoja donde se apuntaba lo que compraban a lo largo del año. Generalmente se pagaba después de vendimias o después de trillar. Alguna de aquellas deudas nunca se cobraron.

En la terraza

No era extraño que se pidiese un cuarterón (125 g) de azúcar, de arroz...Así andaban los tiempos.

De mi madre en la tienda o de la tienda no tenemos ninguna foto. Sí tenemos de la ventana de la tienda en la parte de atrás y de la terraza.

Javier Montoya, hijo de Flora

En la parte de atrás de la tienda

En la imagen del vídeo se ve el escaparate de la tienda de La Flora. Nerea, Txandrios y Honori nos hablan de sus recuerdos de la tienda de La Flora. En Navidad ponía regalitos… Y se iban al escaparate a ver qué podían pedirle a Los Reyes...

miércoles, 15 de octubre de 2025

¿Qué mujeres de Lanciego han sido y son importantes para ti?

Te invitamos a conocer y a compartir historias de vida de mujeres de ayer y hoy que han vivido y viven en Lanciego.

💜 Piensa en mujeres referentes para ti y para tu familia

🖼️ Localiza alguna imagen suyas o de algún elemento que las defina

💬 Vente a los encuentros para conversar sobre ellas 

🧩 Compartiremos sus historias en este blog colectivo

📝 Si aún no te has apuntado, puedes hacerlo en este formulario o llamando o escribiendo un mensaje de Whatsapp al 620 577 565


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