domingo, 26 de octubre de 2025

La tienda de "La Elisa"

Las hijas e hijo de Elisa en la tienda

Recuerdos de las vecinas...

La ventana de la tienda se veía desde la calle Mayor. En ella se vendía de todo, hasta “dientes de gallina” (expresión para indicar que de todo lo que te pudieras imaginar). Recuerdos de los caramelos que había en su tienda.

También vendía mantillas. Mari Cruz recuerda un comentario de Amparo: “Ay tu madre! Ay cuánta guerra le dábamos! Le pedíamos que nos sacara mantillas, pero no queríamos comprarlas"...

Tenía buen temperamento. En la tienda siempre estaba con una sonrisa. No tenía una mala palabra para nadie.



Mi madre, Elisa Pérez de Onraita, nació en  Leza y al ser mi abuelo secretario fue destinado al ayuntamiento de Lanciego. Aqui se casó con un vecino del pueblo tuvieron 4 hijos y siendo yo muy pequeña mi madre cogió la tienda, cuando tenía unos cuarenta años. Cuidaba de nosotros cuatro y atendía la tienda, puesto que mi padre se dedicaba al campo.

En la tienda se vendía de todo desde alfileres y agujas hasta anís y coñac. Mi madre era muy alegre y le gustaban mucho las manualidades. Nos hizo muñecas de trapo a las tres hijas, nos hacía vestidos, nos enseñó a hacer mantelerías de punto de cruz.

Tuvo la tienda unos 25 años. Cuando se jubiló empezó a dedicarse a la pintura al óleo, hizo taracea, esmaltes en caliente y en frío. Hizo dos exposiciones de pintura en el ayuntamiento de Lanciego. Y en Logroño otras dos exposiciones. Aprendió a bailar sevillanas y a nadar. Hacía teatro con una compañía de Logroño. Estaba en la asociación de belenistas. Una mujer incansable y luchadora.

Mari Cruz Compañón

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