miércoles, 22 de octubre de 2025

La tienda de "La Flora"


En realidad mi madre no hizo nada especial, distinto a lo de las demás mujeres del pueblo: hacer la comida diaria, atender a los cuatro hijos, limpiar la casa, ayudar en las viñas en ocasiones (cantando) y... atender la tienda las 24 horas de todos los días del año. Había desde calzoncillos, calcetines...hasta amoniaco o sosa caústica, sin olvidar el revitalizante optalidón, más tarde considerado como droga.

En la ventana de la tienda
Yo la recuerdo atendiendo a las clientas con amabilidad y con muchísima paciencia. Creo que algunas y algunos venían todos los días por charlar y por preguntar sobre cualquier cosa. A veces parecía un confesionario.

Eran tiempos en que había muy poco dinero en las casas. En un cuaderno unas cuantas familias tenían una hoja donde se apuntaba lo que compraban a lo largo del año. Generalmente se pagaba después de vendimias o después de trillar. Alguna de aquellas deudas nunca se cobraron.

En la terraza

No era extraño que se pidiese un cuarterón (125 g) de azúcar, de arroz...Así andaban los tiempos.

De mi madre en la tienda o de la tienda no tenemos ninguna foto. Sí tenemos de la ventana de la tienda en la parte de atrás y de la terraza.

Javier Montoya, hijo de Flora

En la parte de atrás de la tienda

En la imagen del vídeo se ve el escaparate de la tienda de La Flora. Nerea, Txandrios y Honori nos hablan de sus recuerdos de la tienda de La Flora. En Navidad ponía regalitos… Y se iban al escaparate a ver qué podían pedirle a Los Reyes...

1 comentario:

  1. Una mujer muy maja. Muy buena mujer. Alta, tranquila, buena moza. Llevaba moño. En la tienda había de todo. Sacos grandísimos de arroz. Los fideos y todo se vendían a granel en un cucurucho. Se devolvían los cascos de las bebidas. Lo que ahora se ve como "moderno" (economía circular), ya existió hace años...

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