El denominado “Servicio Social de la Mujer” fue una prestación social que se realizaba a partir de los 17 años, prestando servicio presencial en determinados centros asistenciales o dependencias públicas, equivalente al “Servicio Militar Obligatorio”.
Las actividades realizadas en el marco de las asignaturas tituladas “Enseñanzas del Hogar o Formación Manual” y “Formación del Espíritu Nacional y Educación Física”, pertenecientes al antiguo Bachillerato Elemental y Superior, no formaban parte de la prestación del “Servicio Social de la Mujer”. Tampoco formaron parte del “Servicio Social de la Mujer” otros cursillos y actividades extraescolares o deportivas promovidas por la Sección Femenina.
Aprendían a ser amas de casa, cocicneras, enfermeras, hacer ganchillo, costura, patrones… para ser "las mejores amas de casa". Tres meses de formación. Todos los días. En la Casona donde estaba el cine, en frente de los jublados.
En España, hasta hace medio siglo, derechos tan básicos como adquirir bienes, disponer del patrimonio propio, sacarse el carnet de conducir o poner una denuncia estaban limitados para las mujeres, que necesitaban la autorización de sus maridos —o de sus padres, si eran solteras— para poder llevarlas a cabo. La causa era la llamada licencia marital, que estuvo vigente durante casi un siglo y de cuya derogación se cumplen 50 años en este 2025.
El feminismo lleva siglos reivindicando la justicia social, ni más ni menos que arreglar el sistema para ofrecer acceso equitativo tanto a herramientas como a oportunidades, para todas las personas. Carmen de Burgos y María de Maeztu, entre otras, reivindicaron a comienzos del siglo XX el papel protagonista de las mujeres, su educación en igualdad de oportunidades con los hombres y defendieron el divorcio. Clara Campoamor logró para las mujeres el voto en 1931. Sin embargo, con la guerra civil y la dictadura franquista, las mujeres fueron relegadas al hogar y fueron consideradas "inferiores".
Hoy en día hombres y mujeres hemos de ser corresponsables con los cuidados. A día de hoy hay muchos recursos de (in)formación para saber cuidarse a una/o misma/o para no ser "inútiles funcionales", aprender a cuidar a otras personas (como desean ser cuidadas) y aceptar ser cuidada/o son saberes esenciales para la vida, aunque no recibamos una formación "obligatoria y reglada" para ello.
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